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La producción, el tráfico y el uso indebido de drogas ha alcanzado una magnitud enorme en todo el mundo. En Colombia, el problema ha adquirido connotaciones muy particulares, porque es el mayor traficante de hoja de coca, pasta básica y sobre todo de cocaína.

La ilegalidad de la industria de la droga le imprime un carácter peculiar: el crimen organizado, la violencia y la corrupción son sus componentes naturales.

El narcotráfico ejerce su poder para penetrar en las estructuras de la sociedad civil, para intervenir en las redes de toma de decisiones y para controlar parte de los territorios nacionales. Y usa la fuerza a través de grupos paramilitares para desestabilizar los Estados e imponer sus propias leyes y valores, violando los derechos humanos y poniendo en peligro la permanencia del sistema democrático. Las drogas afectan a la salud de quienes las consumen, y en particular la de los jóvenes y los niños. Las diversas opciones para combatir la droga se discuten tanto a nivel de los países involucrados, como en el plano internacional. Bajo el liderazgo de las Naciones Unidas, se esta configurando una política basada en el principio de responsabilidad compartida, en el respeto a la soberanía de los Estados, en la eliminación del uso de la fuerza y en la no injerencia en los asuntos internos de los países, todos objetivos loables pero quizás contradictorios.

La industria de las drogas psicoactivas en Colombia

 

La industria de las drogas ilícitas se desarrolló en Colombia por la combinación de una serie de circunstancias de diverso orden. Las razones que sugiere la economía son esenciales para la comprensión del fenómeno y, por cierto, una buena cantidad de las políticas requeridas pertenecen a su ámbito. Pero otros elementos, de naturaleza diferente, contribuyen a formar el explosivo coctel en que se ha convertido el problema del narcotráfico.

Las razones que explican por qué Colombia desarrolló una ventaja competitiva internacional en esta industria son materia de discusión entre los expertos. Muchas han sido expuestas en diversos escenarios y ocasiones. La estratégica localización del país es una muy poderosa. La posibilidad de un fácil acceso al principal mercado, si se desarrollaba, como en efecto sucedió, un eficiente sistema de transporte y distribución, es un argumento de peso; pero otros países, México por ejemplo, estarían en mejores condiciones en lo que a esto se refiere.

Se han señalado otros, tales como las facilidades asociadas a la existencia de grandes masas boscosas, ideales para camuflar los laboratorios; las habilidades empresariales y la reconocida recursividad de los colombianos; la existencia de una numerosa y marginal comunidad de colombianos en los Estados Unidos; la ausencia del Estado en vastas zonas de la geografía nacional; la reconocida corrupción de las burocracias públicas, etcétera.

Explicaciones como las señaladas muestran facetas diferentes del fenómeno, que en ocasiones son más consecuencias que causas. No obstante, contribuyen al proceso de comprensión del mismo y son dignas de consideración, así no sean ellas mismas suficientemente esclarecedoras. Al respecto, Francisco Thoumi ha señalado que muchos de esos factores no son singulares a Colombia. Argumenta que las causas por las cuales se desarrolló en el país una ventaja competitiva en esta industria, deben buscarse en torno al hecho de que su alto valor agregado está asociado a su carácter ilegal y a la naturaleza de los riesgos inherentes a la actividad, considerada con todos sus encadenamientos. Es alrededor de ello que hay que buscar las explicaciones, concluye.

Señala, igualmente, que Colombia ofrece condiciones que permiten minimizar tales riesgos. Entre éstas destaca: el proceso de deslegitimación del régimen y el consecuente debilitamiento del Estado, que tiene una larga historia, asociada a la de la violencia en sus diversas manifestaciones, circunstancia que sí es singular a nuestro país; la pérdida de valor de la vida humana, ligada a cierta inclinación a resolver violentamente y por las vías de hecho los conflictos. Factores éstos, sin duda, relacionados con la existencia de algunas prácticas ilegales, pero permitidas y toleradas, como el contrabando de importaciones y exportaciones. Con independencia del poder explicativo que tengan los argumentos esbozados, la verdad es que algo de cada uno de ellos es cierto y que el conjunto configura un cuadro que difícilmente se repite en
otros países.

Narcotráfico en Colombia 

EL NARCOTRAFICO EN COLOMBIA
 

El problema del narcotráfico tiene múltiples dimensiones. Puede decirse incluso que el narcotráfico es en realidad un concepto complejo con el que se designa un conjunto de problemas: 1) Múltiples convenios internacionales y bilaterales de los cuales hace parte el país, así como la misma legislación interna, obligan a Colombia a erradicar los cultivos ilícitos –coca, amapola y marihuana– y a combatir la producción y tráfico de las drogas producidas a partir de esas plantas. Esos convenios, de los cuales Colombia se hizo parte por su voluntad, restringen la independencia del país para manejar el problema del narcotráfico. 2) Dado el carácter ilegal del narcotráfico, no existe certeza sobre su tamaño y las cifras que existen al respecto son más propias de la fantasía que de un conocimiento bien fundado. 3) Dado el carácter ilegal del narcotráfico no se conoce con precisión y su alcance, pero sí se sabe lo suficiente para poder afirmar que es un negocio multimillonario que ha penetrado casi todos los rincones de la economía, la sociedad y la política nacionales. Esto debilita las instituciones, y hace más difícil la lucha contra el narcotráfico. 2 Narcotráfico: las múltiples dimensiones del problema 10 IEPRI 11 4) Desde hace dos décadas el narcotráfico es la principal fuente de financiación de los actores armados ilegales, tanto de izquierda como de derecha. Para preservar sus ingresos, estos grupos se han enfrentado para conseguir el control de determinados territorios que tienen cultivos ilícitos y sirven de corredores de salida para las drogas y de entrada para los insumos que requiere su producción. El narcotráfico y el conflicto interno se han hecho casi inseparables, estimulando la creencia de que es imposible solucionar uno sin hacerlo con el otro. 5) En un principio, el negocio estuvo a cargo de grandes organizaciones criminales que fueron llamadas “carteles”. Luego de su desaparición a principios de la década de 1990, el negocio quedó en manos de organizaciones más pequeñas, dedicadas a labores especializadas –compra y transformación de materias primas, consecución de precursores químicos, protección, tráfico, lavado de dinero, etc.– y más difíciles de combatir. Sin embargo, existen economías de escala en actividades como el transporte a mercados consumidores y el lavado, por lo que están concentradas en pocas manos. 6) El narcotráfico se ha convertido en un elemento esencial de la estructura económica, social y política de ciertas regiones como Putumayo y Bajo Cauca que se caracterizan por su debilidad institucional relativa frente a las regiones más desarrolladas, su precaria presencia estatal y la baja integración de esas regiones al resto del país. Esto fue facilitado por el proceso de descentralización que vive el país desde la década de 1980, y en particular por la elección popular de alcaldes y gobernadores. En esas regiones de mayor debilidad institucional es imposible determinar una frontera clara entre legalidad e ilegalidad. 7) El impacto del narcotráfico ha sido más notorio y dramático en la política. Los narcotraficantes han participado en política y han financiado a políticos, lo cual ha provocado una crisis profunda del régimen político. 8) El narcotráfico es un fenómeno global, pero que ha impactado a un puñado de naciones de manera más profunda, en particular los países andinos y los del sudeste asiático. La continua presencia del narcotráfico ha hecho a Colombia susceptible a las presiones de otros países, en particular los Estados Unidos. 9) Pese al carácter global del narcotráfico y a la existencia de convenios internacionales sobre el fenómeno, los países han tendido a adoptar políticas nacionales para enfrentar el problema. Las políticas colombianas contra el narcotráfico, y en particular la fumigación, han causado fricciones con otros países vecinos, en especial Ecuador. 10) Finalmente, pero no menos importante, no se puede olvidar que el narcotráfico fue la consecuencia no Narcotráfico: las múltiples dimensiones del problema

La guerra contra el narcotráfico en Colombia es un conflicto armado entre el estado colombiano y organizaciones criminales que controlan y trafican estupefacientes. El conflicto interno inició oficialmente durante el gobierno del presidente Belisario Betancur tras el asesinato del ministro Rodrigo Lara Bonilla, el procurador general de la Nación Carlos Mauro Hoyos, y demás asesinatos y secuestros selectivos en contra de personalidades importantes por órdenes de Los Extraditables, una alianza estratégica entre carteles de la droga. Finalmente, el gobierno de Colombia se alineó con la política antidroga de los Estados Unidos denominada «guerra contra las drogas.

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